Detectar el cáncer de ovario en sus etapas tempranas puede ser difícil, ya que sus síntomas suelen ser vagos y pueden confundirse con otras condiciones menos graves. Sin embargo, en algunos casos, el cáncer de ovario puede detectarse en etapas tempranas a través de pruebas médicas como el examen pélvico, pruebas de sangre para medir los niveles de ciertas proteínas tumorales (como el antígeno canceroso CA-125) y pruebas de imagen como la ecografía transvaginal.

Es importante tener en cuenta que estas pruebas no son necesariamente de detección general y pueden no ser adecuadas para todas las mujeres, especialmente si no presentan factores de riesgo o síntomas específicos. Por esta razón, es fundamental que las mujeres estén atentas a cualquier cambio en su salud y consulten a un médico si experimentan síntomas como hinchazón abdominal persistente, dolor pélvico, dificultad para comer o sentirse lleno rápidamente, necesidad de orinar con frecuencia o urgencia, y fatiga inexplicable.
Es recomendable hablar con un médico sobre el riesgo personal de cáncer de ovario y las opciones de detección disponibles, especialmente si hay antecedentes familiares de la enfermedad u otros factores de riesgo.




