Con el paso del primer año de vida de tu bebé, es crucial prestar especial atención a su nutrición y alimentación para garantizar un desarrollo saludable. En esta etapa, la transición de la leche materna o fórmula a alimentos sólidos es fundamental para cubrir sus necesidades nutricionales en constante cambio. Introducir una variedad de alimentos frescos y nutritivos es esencial. Ofrece frutas y verduras en diferentes texturas para estimular su paladar y proporcionar una amplia gama de nutrientes. Asegúrate de incluir alimentos ricos en hierro, calcio y proteínas para favorecer el desarrollo de huesos y músculos.




Controlar el tamaño de las porciones es clave, ya que las necesidades calóricas de tu bebé pueden variar. Fomenta el autocontrol alimentario y permite que tu bebé explore diferentes alimentos con sus manos. Introduce nuevos sabores gradualmente y mantén un ambiente positivo durante las comidas para fomentar hábitos alimentarios saludables.
No olvides consultar con el pediatra para garantizar que la dieta de tu bebé cumpla con sus necesidades nutricionales individuales. A medida que exploran el mundo de los alimentos, tu guía y apoyo son esenciales para establecer patrones alimentarios positivos que perdurarán a lo largo de su vida.