Una firma alemana ha desarrollado un traje con alas a propulsión eléctrica, que permite a una persona volar a 300 kilómetros por hora como un ‘jet humano’. Ha sido probado con éxito por el saltador de base y paracaidista austriaco Peter Salzmann, abriendo una nueva era para los deportes extremos.
Hasta ahora, los intrépidos intentos humanos de volar utilizando trajes con alas artificiales que comenzaron a hacerse populares y captar la atención de la gente en el cambio de milenio, se asemejaban al vuelo de las ardillas voladoras, medio cayendo y medio deslizándose por el aire, aprovechando a fuerza de gravedad para acelerar y básicamente en dirección hacia abajo.
Pero estas limitaciones han quedado atrás con el primer vuelo mediante un traje aéreo con alas y propulsión eléctrica que permite, no solo volar ganando altitud, sino también a altas velocidades, durante más tiempo y con un mejor planeo, como un pequeño avión turborreactor, en lo que algunos consideran como “el amanecer de un nuevo deporte extremo”.