La Revolución de Abril de 1965 fue un acontecimiento crucial en la historia de la República Dominicana. Este evento se desarrolló en el contexto de una agitación política y social que culminó en un conflicto armado de carácter interno y externo.
La Revolución de Abril tuvo su origen en la lucha contra el régimen dictatorial de Rafael Leónidas Trujillo, quien gobernó el país con mano dura durante más de tres décadas. Tras el asesinato de Trujillo en 1961, se inició un período de inestabilidad política y social en el que diversos grupos políticos y sociales buscaban hacerse con el control del poder.
En este contexto, en abril de 1965, un grupo de militares leales al derrocado presidente Juan Bosch intentó restaurar su gobierno, que había sido derrocado en 1963. Sin embargo, este intento desencadenó una serie de acontecimientos que llevaron al estallido de un conflicto armado de gran magnitud.

El conflicto involucró a diferentes facciones militares, políticas y sociales, así como a la intervención de fuerzas extranjeras, principalmente de los Estados Unidos. La intervención de los Estados Unidos fue justificada bajo el pretexto de proteger a los ciudadanos estadounidenses y mantener la estabilidad en la región.
La Revolución de Abril de 1965 tuvo importantes consecuencias para la República Dominicana. A nivel interno, profundizó las divisiones políticas y sociales y dejó secuelas en la estructura política del país. A nivel internacional, generó críticas hacia la política de intervencionismo de los Estados Unidos en América Latina y el Caribe.
En la actualidad, la Revolución de Abril es recordada como un hito en la lucha por la democracia y la soberanía nacional en la República Dominicana. Ha sido objeto de análisis histórico y debate político, y su legado continúa influenciando la vida política y social del país.




